En su angustia por pagar las costosas quimioterapias de su pequeña hija, Brian Randolph entró a un banco en Míchigan con una nota que decía que tenía una escopeta y que le entregaran 200 mil dólares.
Pese a no obtener lo que pedía, el hombre de 23 años tomó lo que pudo y huyo del lugar. Poco después fue detenido de inmediato acusado de robo a mano armada.
Cuando fue interrogado por las autoridades, Randolph confesó que cometió el atraco para poder pagar el tratamiento de su hija de un año, que padece de retinoblastoma, un cáncer que afecta a los ojos.