Un investigador alemán identificado como Klaus Sames, tiene pensado congelarse a sí mismo, con el fin de ser resucitado 150 años después gracias al proceso de 'criopreservación', que hará posible la restauración de todas sus funciones biológicas en el futuro.
Según indicó el estudioso de 75 años, el procedimiento consistirá en el enfriamiento de su cuerpo a una temperatura de 196 grados bajo cero, para ser posteriormente incorporado a un refrigerador especial que permitirá la conservación de sus células.
Trascendió que el alemán ya firmó un contrato para su resurrección con la empresa Cryonic Institute, a la que pagó una suma de 21 mil euros para que cumplan con la peculiar misión.