Para la costarricense Floribeth Mora, cuya recuperación de un aneurisma cerebral fue calificada de milagro por la Iglesia Católica, y atribuida a Juan Pablo II, consideró en Roma que su tarea es "mostrar la existencia de Dios".
Mora, quien explicó su experiencia en la capital italiana, donde asistirá a la canonización del papa polaco, dijo: "No sé por qué Dios me eligió a mí entre tantas personas, no sé por qué Juan Pablo II me curó, pero le estoy muy agradecida y ahora mi cometido es llevar a todos los confines del mundo mi testimonio de vida para mostrar al mundo la existencia de Dios".
Floribeth Mora podrá rendirle homenaje y llevar una de sus reliquias al lugar en el que Juan Pablo II se convertirá en santo, el próximo domingo, y agradecer su intervención y su ayuda por mantenerla con vida.
A Juan Pablo II se le atribuyen dos milagros, el primero el de la monja francesa Marie Simon Pierre que sufría parkinson y cuya curación, carente de explicación científica, fue esencial para su beatificación, en 2011. Y el segundo fue la sanación inexplicable de Mora, que fue clave para cumplir con los requisitos que exige la Iglesia católica para toda canonización.