Hay hechos que llegan al corazón y conmueven hasta a la persona más serena, si lo dudan pregunten a esta madre, que al dar a luz a su bebé éste se aferra a ella y no quiere separarse.
El pequeño, sin ni siquiera abrir los ojos, abraza la cara de su madre cuando la enfermera se lo quiere llevar para limpiarlo, y alza los pequeños bracitos buscándola en el momento que le intentan separar.
Toda una muestra del vínculo indisoluble entre madre-hijo que se produce durante los nueve meses de embarazo y se prolongará durante toda la vida.