No tendrá una frondosa barba o una pronunciada barriga, no se moviliza en trineo pero si en un auto convertible. Y es que no es Santa Claus, pero desde hace años lleva alegría a los niños.
Al leer las tristes historias de niños y familias que viven de ilegales en Estados Unidos y que habían perdido la ilusión por la Navidad decidió convertirse en Pancho Claus para cambiarles la visión de las fiestas.
Pese a que este año Pancho Claus sufrió dos ataques al corazón esto no fue impedimento para seguir con estas costumbre que hace felices a niños y adultos en Houston. Él recoleta los juguetes durante todo el años, a través de donaciones de la misma comunidad de Houston.
Además, recibe donaciones monetarias particulares, por lo que este personaje lleva sorpresas a los más pequeños. Esta Navidad no fue la excepción; salió a las calles a repartir muguetes con el mismo ánimo y recitando su ya célebre frase.