En Brasil, las lágrimas de un pobre corcel hicieron que las personas que se encontraban en un funeral también se conmuevan y rompan en llanto. Los amigos y la familia de Wagner de Lima Figueiredo, de 34 años, se sorprendieron cuando su fiel corcel puso su cabeza en el ataúd, gimió y suspiró como si sintiera que su dueño se ha ido para no volver más.
Este conmovedor video se ha hecho viral y ha mostrado a miles de usuarios de las redes sociales qué tan fuerte puede ser la conexión entre una persona y su mascota fiel.
Según el testimonio de los presentes, "fue conmovedor" ver al animal acercarse al ataúd y luego lanzar un largo relincho al que compararon con un "llanto".