En la cuidad de Sevilla, en España se encuentra un peculiar bar llamado “el Garlochí”, que mezcla lo profano y lo sagrado donde uno puede embriagarse bebiendo la “sangre de Cristo”. El lugar está decorado con vírgenes, santos, terciopelo, cenefas bordadas, mucho repujado de oro, así como con cirios e incienso La clientela de este lugar es diversa, desde matrimonios a jóvenes, pasando por todo tipo de turistas. Y todos vienen por sus bebidas donde destaca una en particular llamada “la Sangre de Cristo”.
Esta original bebida es una mezcla de champán rosado, granadina y whisky con mucho hielo y que tiene un intenso color rojo como la sangre.
El dueño cuenta que lo bautizó así ni más ni menos que la cantante Madonna, que visitó el local en 1992.