Hace siglos, en Austria diciembre no solo era una época de regalos y amistad, también los niños que se portaban mal podían acabar en las garras de un demonio llamado Krampus, un personaje que en el que la época navideña aparecía en las leyendas que aterrorizaban la fértil imaginación infantil de los niños germanos. Krampus era el acompañante del benévolo Papá Noel, y era una bestia mitad cabra mitad demonio, que salía por las calles de Austria y Alemania el 6 de diciembre para llevarse a los niños que se portaron mal.
Se dice que Krampus, cuyo nombre se deriva de la palabra alemana krampen, que significa “garra”, es hijo de la diosa Hel, la encargada del inframundo en la mitología nórdica.
Esta bestia legendaria también comparte algunas características físicas con otras criaturas de la mitología griega como los sátiros y los faunos.