Fue una jornada lamentable. La superfinal entre el Boca Juniors y el River Plate fue cancelada debido a un desborde de violencia generada por hinchas y vándalos en los exteriores del estadio Monumental. Individuos que se encontraban en las calles intentaron arrebatarles los tickets a quienes salían del estadio.
La Policía se vio obligada a intervenir y a enfrentarse a la turba con gases lacrimógenos. Estos desmanes se registraron incluso dentro del estadio.
Cuando Rodolfo Donofrio, presidente del River, era entrevistado tuvo que salir corriendo porque una estampida de hinchas había logrado invadir las zonas cercanas al estadio.
Las más de siete horas de espera por una final suspendida dio pie a los enfrentamientos entre los hinchas y las fuerzas del orden.
Al cierre de este informe, la casa del River Plate había sido clausurada preventivamente y la superfinal entre los más grandes de Argentina se encuentra en riesgo.
