A un año de su mensaje a la Nación del 28 de julio de 2024, las promesas de la presidenta Dina Boluarte en materia de seguridad ciudadana siguen sin concretarse. En aquel discurso, la mandataria aseguró que implementaría medidas como el despliegue de efectivos policiales en el transporte público para prevenir asaltos y robos. No obstante, la realidad actual muestra un panorama muy distinto: los crímenes por extorsión han aumentado significativamente, generando alarma entre los ciudadanos.
Según el exministro del Interior, Cluber Aliaga, el Gobierno no ha logrado avances concretos en la lucha contra la delincuencia. Afirmó que Lima sigue siendo el centro neurálgico de secuestros, extorsiones y otros delitos violentos que afectan a miles de peruanos. “No hay resultados ni estrategias claras. Solo hay anuncios, pero sin ejecución real”, indicó.
Por su parte, el general en retiro Eduardo Pérez Rocha fue enfático al señalar que sin mayor inversión en logística y presupuesto para la Policía Nacional, no se podrán obtener mejoras reales en materia de seguridad. "Las promesas sin recursos no sirven. La PNP necesita herramientas y respaldo para enfrentar la criminalidad organizada", declaró.
INSEGURIDAD CIUDADANA
La creciente sensación de inseguridad, sumada a la percepción de inacción del Ejecutivo, contribuye al desgaste de la imagen presidencial. Para los expertos, mientras no se priorice este problema con políticas efectivas y sostenidas, las promesas seguirán quedando solo en el papel, alejando aún más al Gobierno de las urgencias reales de la población.
