Apuntando con una mini Uzi y acompañado de otros delincuentes armados, fue recapturado uno de los internos que fugó del centro juvenil ‘Maranguita’ el pasado 2 de mayo. El joven, identificado como Carlos Guillén Moreau, de 19 años, fue intervenido por la Policía tras un enfrentamiento a balazos mientras intentaba asaltar un prostíbulo en la ciudad de Huaral, nueve días después de su fuga.
Durante el operativo, Guillén resultó herido e intentó despistar a los agentes brindando una identidad falsa; sin embargo, fue plenamente reconocido como uno de los seis internos que escaparon del centro de rehabilitación juvenil. Además, se conoció que en 2023 también logró fugar de un centro de internamiento en Arequipa, donde estaba recluido por el delito de robo.
En paralelo, en el distrito de Independencia, un adolescente de 16 años perdió un brazo tras detonar un explosivo en un paradero de mototaxis. La Policía investiga si se trató de un intento de ataque extorsivo. Estos casos reavivan el debate sobre la reintegración de menores infractores y la eficacia del sistema de rehabilitación juvenil. Según especialistas, más del 60% de los adolescentes que cumplen medidas en centros juveniles logran reinsertarse a la sociedad.
MENORES DE 16 Y 17 AÑOS PODRÁN SER JUZGADOS COMO ADULTOS
En medio de esta situación, crece la polémica por la reciente modificación al Código Penal, que establece que adolescentes de 16 y 17 años que cometan delitos graves, como homicidio, extorsión o violación sexual, puedan ser juzgados como adultos. La medida ha generado posiciones divididas entre quienes piden mayor severidad y quienes insisten en una mirada más rehabilitadora.
