En el transcurso de las diferentes etapas de la vida de la mujer se deben ir realizando ajustes en la dieta de acuerdo a los requerimientos particulares de su organismo en cada momento, partiendo siempre de una dieta equilibrada y completa.
Adolescencia - 24 años
En este periodo de la vida, el organismo de la mujer debe mantener aportes aumentados de calcio para favorecer el desarrollo óseo, estas las encontramos en la leche y derivados, legumbres y pescados. Consumir proteínas: Por ejemplo 1 ración de carne más lácteos para el desarrollo óseo y muscular. Los antioxidantes los encontramos en los pescados, germen de trigo, aceite de oliva y soya.
Durante los 30:
Aquí se reforzará el consumo de alimentos ricos en ácido fólico, una vitamina del grupo de vitamina B que ayuda a prevenir la formación de la espina bífida en el bebé. Por ejemplo: El germen de trigo, las verduras de hoja, las legumbres y el huevo; también se puede considerar a la leche. El aporte de líquidos debe estar entre 1500 y 2000 CC para facilitar la eliminación de toxinas.
Qué ocurre a los 40:
A esta edad es el momento clave para equilibrar las calorías de la alimentación: disminuir las grasas saturadas como quesos duros, fiambres, fritos, etc. y los azúcares simples, tales como el azúcar común, golosinas, bebidas gaseosas comunes. Además, es importante realizar actividad física.
A los 50:
Los cambios producidos por la disminución de estrógenos en la menopausia hacen que muchas mujeres tengan tendencia a engordar por lo que la dieta debe incluir un porcentaje menor de calorías. Con respecto a la osteoporosis, las mujeres deben recurrir al aporte de calcio (consumir diariamente 2 vasos de leche o yogur más 2 rodajas de queso semisólido de bajo tenor graso); vitamina D (presente en los lácteos, margarinas, legumbres, pescados y huevo. Además de tomar 10 minutos diarios de sol) y fósforo (huevo, pescado y legumbres).