Octubre es el mes de los ascensos en el Ejército del Perú. Procesos siempre complejos y con muchas movidas. Este año, sin embargo, esas movidas parecieran haber superado todo lo usual.
Durante los últimos cuatro años se han estado dado una serie de pases al retiro a generales, en muchos casos, de brillante trayectoria. Ceses inesperados, cambios incluso en las reglas de juego a todas luces, para muchos, de manera arbitraria
¿Y todo para qué? Para abrirle paso a los amigos, según todo indica, del presidente Humala en cargos relevantes.