Durante las últimas semanas la muerte y los asaltos encontraron en Lurín el escenario perfecto. Uno de estos tuvo como corolario la muerte de un ciudadano suizo afincado en el Perú dedicado a la ebanistería, quien tras recibir un balazo, fue dejado a su suerte muriendo desangrado.
El nivel de violencia de estos asaltos, cada vez más frecuentes, ha hecho que incluso los vecinos de esta zona empiecen a evaluar la posibilidad de hacer justicia con sus propias manos.