Uno de los proyectos más grandes y costosos de los últimos años en la capital es el de la Línea 2 del Metro de Lima, el cual unirá Ate Vitarte con el Callao, pasando por la avenida Javier Prado. El problema surge en esta primera fase, cuando una de las empresas constructoras hace un pedido extracontractual para reducir el ancho de las paredes de las estaciones subterráneas, disminuyendo su resistencia sísmica.
Según expertos y la empresa supervisora de la obra, esta reducción de estándares significaría un serio riesgo en un país como el nuestro ¿Se trataría de una forma de ahorrar dinero de la concesionaria?