El presidente Joe Biden anunció una nueva sanción a Rusia por la invasión a Ucrania, la cual cataloga de "injustificada". Señaló que se prohibirán las importaciones estadounidenses de petróleo y gas de Rusia, decisión que, hasta el momento, solo fue secundada por Reino Unido.
El resto de aliados europeos rechazaron por el momento unirse a esta sanción, ya que supone un daño importante a sus propias economías, que son mucho más dependientes de la energía rusa. En el caso de Reino Unido, solo el 8% del suministro de gasolina procede de ese país.
El presidente Zelensky había solicitado a los aliados cortar esa fuente de financiación del gobierno ruso, ya que le permitiría que siga llegando dinero pese a la severidad del paquete de sanciones económicas aprobado por EEUU, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido.
GOLPE LETAL PARA RUSIA
Esta medida sería un golpe letal para la economía del gigante euroasiático. “Las importaciones rusas suponen alrededor de un tercio de todas las importaciones de petróleo de Europa”, apuntó Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca. “En 2021, antes de la invasión, Estados Unidos compraba unos 700.000 barriles al día y los europeos unos 4,5 millones de barriles al día, así que somos muy conscientes de que las implicaciones serían muy diferentes para unos y para otros”, explicó.
Cabe destacar que para Estados Unidos la medida también resulta un golpe a su economía que vive la peor escalada de inflación en 40 años; pese a ello, Biden recibió la presión de los legisladores republicanos y demócratas para que adopte una medida que golpee en el corazón de la economía rusa, que ha puesto a Europa en una crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
Con información de El País.