Los ladrones sorprendieron a la joven de 28 años, cuya identidad se mantiene en reserva, cuando abría la puerta de su casa, ubicada en la ciudad argentina de Mendoza, a un amigo de infancia.
Ya dentro de la vivienda, los dos delincuentes, que se movilizaban en una moto y estaban fuertemente armados, se apoderaron de electrodomésticos, ropa, joyas y dinero.
Después de robar y pese a sus suplicas, la muchacha fue abusada sexualmente por uno de los delincuentes, y el amigo fue golpeado fuertemente y baleado en el pecho cuando intentó defenderla.
La violencia con que actuaron los forajidos despertó la indignación de todo el país, que con masivas marchas en varias ciudades exigen la captura de los agresores y el cese de la violencia.