Un menor ingresó a una tienda de Nueva Zelanda con el objetivo de intimidar al personal y conseguir robar algunos productos, pero fue resistido a escobazos por una trabajadora y tuvo que salir corriendo junto a su cómplice.
El menor de 12 años y su compañero, tres años mayor que él, no pudieron cumplir su objetivo ya que la empleada de la tienda se dio cuenta que el rifle que portaba el muchacho para cometer su delito era de juguete.