Andina. Para promocionar su nueva marca de audífonos y parlantes, el futbolista portugués Cristiano Ronaldo se disfrazó de mendigo, con una barba falsa, peluca y anteojos.
Ronaldo se instaló en una concurrida calle del centro de Madrid e hizo varios trucos con el balón, mientras invitaba a los transeúntes a jugar con él y pedía monedas.
Por cerca de una hora, las personas tímidamente se acercaron y golpearon el balón un par de veces con la estrella del Real Madrid, sin sospechar de quién se trataba.
Luego, llegó Nicolás, un niño, y jugó por unos minutos con Ronaldo, quien después le preguntó cómo se llamaba y le firmó el balón. Ante la mirada de sorpresa del niño, el futbolista se quitó la peluca, la barba y los lentes.