El restaurante Georges del Centro Pompidou, en París, tiene un discutido modo de atender a sus clientes. Y es que las mesas no se asignan por orden de llegada de cada comensal sino de acuerdo al aspecto físico que presentan.
Según detallaron unas ex trabajadoras, el personal que labora en el establecimiento recibió la consigna de ubicar a los clientes 'feos' en el fondo de restaurante y conservar las mesas de delante para los 'guapos'. Si un camarero comete el “error” de sentar a un 'feo' en una de las mesas más visibles, es reprendido por sus superiores.
“Los feos son colocados en los rincones, donde se les vea lo menos posible”, refiere una de las ex empleadas del Georges. Esta medida se toma para todos sus clientes, salvo que el feo sea una estrella del cine, de la música, o la política. En ese caso, se reserva la mejor mesa y se le ubica en el ingreso del local.