En el cambio de presidencia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se desarrolló en Surinam, los mandatarios de los 12 países miembros condenaron una posible intervención de países de occidente en la guerra civil de siria y solicitaron a una solución pacífica de los enfrentamientos.
Según la declaración final de la VII cumbre del organismo, “una intervención sería incompatible con la carta de las Naciones Unidas” por lo que rechaza el desarrollo de estrategias militares por parte de gobiernos como Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
En la asamblea, en el que Ollanta Humala cedió la presidencia del bloque a su par de Surinam, los gobernantes pidieron el cese inmediato de toda la violencia en Siria y la detención de suministros de armamentos castrenses.
“Un ataque a Siria arrancaría un conflicto bélico incalculable. Siria es una nación histórica con un gran poder militar y además tiene muchos amigos en toda esa región de Medio Oriente que van a defender a ese país”, sostuvo Nicolás Maduro, mandatario venezolano.
Asimismo, Unasur solicitó al régimen sirio a cooperar con los trabajos de investigación que viene realizando la ONU en Damasco, sobre un presunto uso de armas químicas por parte de militares para atacar a la sociedad civil.
