Christian Cueva lloró. Conmovido por la ceremonia que se celebraba en su honor, el 10 de la blanquirroja no pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas durante la entrega de las llaves de la ciudad de Trujillo. Los testigos, entre los que se encontraba su pareja y sus padres, alentaron y vitorearon al deportista.
“Estas lágrimas son de emoción, de felicidad. Estos premios nunca los voy a olvidar y voy a estar siempre agradecido a Trujillo y a la tierra que me vio nacer, Huamanchuco”, señaló.
En la ceremonia el jugador peruano reanudó su compromiso de seguir jugando por el Perú. Además llamó a la ciudad y a sus integrantes a salir adelante y agradeció por los honores. El jugador fue respaldado con emotivos aplausos.