Uruguay está confirmando en el Mundial Brasil 2014 que más que una selección con grandes jugadores es un país con grandes caudillos. Ante una situación adversa, siempre aparece alguien para cambiar la historia. Ante Inglaterra fue un predestinado Luis Suárez, ahora, ante Italia, fue un iluminado Diego Godin.
Tras la derrota ante Costa Rica, pocos daban como clasificado a los charrúas; sin embargo, los hombres de Óscar Washington Tabárez supieron salir desde el fondo para tocar la cima y pasar a octavos de final. Y lo hicieron nada menos que mandando a su casa a dos campeones mundiales.
En la primera etapa, los uruguayos se plantaron en el campo con mayor intención de llevarse los tres puntos, pero sin poder transformar los intentos en goles. La más clara fue para el 'Pistolero', quien tuvo un mano a mano que fue bien resuelto por Gianluigi Bufón.
Ya en la segunda mitad, el estilo de juego de ambos no cambiaría sino hasta la expulsión de Marchisio. El volante italiano le entró muy fuerte a Egidio Arévalos Ríos y se ganó la tarjeta roja. Desde ese momento, Uruguay pisó un poco el acelerador e Italia retrocedió unos metros.
A falta de diez minutos, Diego Godín se elevó por sobre todos para conectar un potente cabezazo y vencer la resistencia de Bufón, un gol que le dio la clasificación al conjunto uruguayo. El ‘fantasma’ del Maracaná toma vida nuevamente en Brasil.
Suárez no aprende. Una jugada curiosa para cualquiera, menos para el delantero charrúa -que ya está acostumbrado a hacerlo- se dio en el 78'. El uruguayo, en un forcejeo en el área, terminó mordiendo en el hombro al defensor italiano Giorgio Chiellini, recordando el incidente que protagonizó en la Premier League cuando hizo lo propio con Ivanovic, defensor del Chelsea. Años antes, cuando jugaba en Ajax de Holanda, fue sancionado por una jugada similar.
