Arqueólogos del Proyecto Djehuty, encontraron en el norte de la necrópolis de Dra Abu el-Naga, en Luxor (antigua Tebas), el ataúd de un hombre llamado Neb, del año 1600 a.C, correspondiente a la dinastía XVII del antiguo Egipto.
El cuerpo se encontraba en una cámara sepulcral excavada en la roca a cuatro metros de profundidad, donde el ataúd -de dos metros de largo y medio metro de ancho- estaba en buen estado de conservación, y manteniendo brillantes los colores de la decoración original. La entrada del lugar no había sido descubierta por nadie ya que no había indicios de daños en los adobes.
El descubrimiento marcó la partida de una profunda investigación. Sobre todo en un período poco conocido, donde la ciudad de Tebas se convierte en capital del reino y se asientan las bases del imperio, dominando Palestina, Siria y Nubia.
“Este estilo de ataúd es muy poco frecuente, pues estuvo en uso un breve periodo de tiempo, cuando Egipto no estaba unificado. Así, muy pocos han sido hallados en su lugar original y han sido bien documentados en su contexto arqueológico”, señaló en una nota de prensa el Proyecto Djehuty.
El hallazgo, junto con otros más en el lugar, confirma que Dra Abu el-Naga era un sitio donde se enterraba a los miembros de la familia real de la dinastía XVII y sus cortesanos en 1600 a.C. Además, es un indicio clave para entender el origen de este imperio, la estructura y funcionamiento de la administración en la nueva capital del país, Tebas.
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