¿Dar o no dar propina? Esta interrogante se ha convertido en una verdadera cuestión de la economía estadounidense. El pequeño abono monetario no solo es una tradición, sino que cada vez se incrementa la gente que espera recibirlo por un servicio prestado.
Según se dice, incluso los que venden comida lista para llevar esperan recibir un pago extra, en algunos casos entre extranjeros el hecho de dar propina y la cantidad de la misma genera debate.
No obstante, algunos restaurantes han decidido dar un giro en estos últimos tiempos. Tal es el caso del Sushi Yasuda, que a partir de junio de este año no acepta propinas. Su dueño, Scott Rosenberg, las vetó, diciendo que su personal recibe un buen sueldo con beneficios.
Por su parte otros restaurantes estadounidenses han introducido un cargo opcional adicional de entre 15% y 20% para remplazar el pago extra, algo que es común en otras partes del mundo, como Egipto, Marruecos, Sudáfrica y Túnez, aunque con porcentajes menores.
Según señala Michael Lynn de la Escuela de Administración Hotelera de la Universidad de Cornell, la economía de la propina en este país alcanza los 40 millones de dólares, más del doble del presupuesto de la NASA.
Los restaurantes reciben alrededor del 70% de todas las propinas que se pagan en EEUU.
