El reciente caso de Lidia Ramos, usuaria discapacitada que a diario utiliza la Línea 1 del Metro de Lima, que se vio obligada a arrastrarse por las escaleras de la estación Gamarra pues los ascensores se encuentran fuera de servicio. La señora quien es parapléjica, contó su testimonio de los hechos y aseguró que ningún personal del Metro de Lima la ayudó y tuvo que arrastrarse por las escaleras durante toda la semana para poder ir trabajar.
Además, el personal le habría indicado que debía bajarse en una estación después pues allí el ascensor si estaba operativo. Por ello, ella se bajó en la estación México y movilizarse en su silla de ruedas por treinta minutos.
Durante este recorrido, casi es atropellada por un vehículo. Por ello, hizo un llamado para que puedan arreglar los ascensores y sean usados por quienes realmente lo necesitan. También instó a que los trabajadores reciban capacitación para atender a personas con discapacidad.
Sin embargo, lo más indignante de esta situación fue la respuesta de los trabajadores del mencionado paradero ferroviario, quienes le indicaron a la agraviada que estaban imposibilitados de ayudarla a bajar por las escaleras.
Pero a lo ocurrido se suma la falta de empatía de los usuarios del Metro de Lima que todavía siguen utilizando los elevadores a pesar de no presentar ningún tipo de discapacidad o estar acompañados de niños.
Y como algunos indignados usuarios registraron con su teléfonos, muchas personas hace uso de los elevadores solo por que si, sin dar el uso preferencial a personas mayores, madres gestantes o con menores y mucho menos a personas discapacitadas que también están en las colas para el uso de los ascensores.
Como se sabe las estaciones del tren son conocidas porque tienen escaleras muy grandes, las cuales serían difícil de utilizar por las personas embarazadas, minusválidos, adultos mayores y en general por cualquiera que se encuentre con algún problema que no le permita movilizarse con normalidad. En este sentido, los elevadores son una pieza clave.
