Con 22 votos a favor, 0 en contra y una abstención, la comisión Permanente del Congreso aprobó el dictamen que recomienda la destitución de Edgar Alarcón de la Contraloría General de la República.
El informe sugería la remoción del ahora exfuncionario por cuatro “faltas graves” cometidas durante el tiempo que trabajó en esta entidad. Una de ellas relacionada a la supuesta “coacción” al auditor Walter Grados.
Previo a su remoción, Alarcón se presentó en el hemiciclo para formular sus descargos. Allí, aseguró haber sido víctima de ataques por parte de políticos y medios de comunicación.
“Aunque algunos tienen opinión formada, no se puede negar que he sido blanco de ataques en medios de comunicación y de políticos. Todo se hubiera evitado si se daba un informe favorable al aeropuerto de Chinchero”, señaló.
Asimismo, negó haber grabado la reunión que tuvo a inicios de mayo con Fernando Zavala, y los exministros Martín Vizcarra y Alfredo Thorne. "Yo no grabo, no es mi costumbre. Esa actividad se da en este Gobierno", apuntó.
Anticipándose a los hechos, el excontralor aseguró también que su reemplazo no garantizaría la lucha contra la corrupción. "Si hoy me remueven, el próximo a nombrar no les garantiza que luche frontalmente contra la corrupción, como lo hace esta gestión”, finalizó.