Aunque con algo de retraso, pero recibiendo los honores para su alta investidura, así llegó Ollanta Humala a su última actividad oficial. Con adusta expresión, el hasta entonces mandatario de la Nación escuchó atentamente las palabras del cardenal Juan Luis Cipriani al lado de Nadine Heredia, quien esta vez le cedió el protagonismo a su esposo.
En la homilía, el arzobispo de Lima felicitó al expresidente por haber resaltado la importancia de la unión familiar durante su gobierno, pero remarcó que en cuanto a delincuencia queda mucho por hacer.
También destacó la importancia de dotar de servicio básicos a los pobladores de los lugares más alejados del país. Dicho esto, el cardenal Cipriani aprovechó para sumarse a las congratulaciones para el presidente Pedro Pablo Kuczynski.
Tras ser despedido con los honores que le correspondían como jefe supremo de las Fuerza Armadas, Humala se unió a su esposa y caminaron tomados de la mano hasta la puerta de la Catedral, donde Nadine Heredia, volvió a demostrar que en esta ocasión el protagonista de la despedida era él.