Más de doce familias fueron desalojadas de un terreno de 10 mil metros cuadrados por agentes policiales tras un mandato judicial contra los supuestos invasores en San Hilaron, Chilca.
Las familias que opusieron resistencia llevaban más de dos años habitando en precarios huertos construidos por ellos mismos.
La policía tuvo que usar gases lacrimógenos para disuadir a las personas y poder tomar el control del bien, para luego proceder al retiro de las pertenencias.