Mediante un vídeo grabado por uno de los internos del penal Ancón I conocido como Piedras Gordas, se dio a conocer que los reclusos exigían pruebas de descartes del COVID-19 por temor a contraer el peligroso coronavirus, debido a las pésimas condiciones de hacinamiento en las que se encuentran.
La revuelta habría empezado porque algunos reclusos presentaron síntomas como fiebre alta, relacionados al COVID-19, lo que provocó el pánico en todos los reos que cumplen su condena en dicho centro penitenciario. Los familiares denunciaron que hasta el momento no reciben atención médica y que no cuentan con implementos de seguridad y prevención como mascarillas o guantes.
El Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) a través de su cuenta oficial de Twitter, informó que de acuerdo a los protocolos de seguridad, las fuerzas del orden restablecieron el control del penal.