“A la casa que se acerca, la destroza y lo que es peor, a las personas que se lleva”, indicó la madre de Patricia Aguilar, la ciudadana española que era intensamente buscada y que fue hallada en medio de la selva de San Martín de Pangoa en Junín.
Junto a Aguilar también se encontró a otras dos mujeres de nacionalidad peruana identificadas como Maryori García Valverde y Paola Juana Vela Lázaro y a cinco menores de edad. Presuntamente, los hijos producto de la unión entre estas mujeres y el líder de la secta religiosa Félix Steven Manrique Gómez.
Los familiares de las víctimas anunciaron que “moverán cielo y tierra para que no siga arruinando la vida de más personas como ha arruinado la vida de mi familia”, otra familiar pidió a las autoridades que Steven Manrique no recupere su libertad: “no lo dejen libre, no puede ser posible que este hombre esté captando niñas”.
Félix Steven Manrique Gómez es investigado por la Dirincri por el delito de trata de personas debido a que habría convencido a las mujeres de que era el elegido de Dios para repoblar el mundo tras el apocalipsis.
La familia de las víctimas de este ‘líder religioso’ lo describieron como un hombre soberbio, manipulador, retraído, que hablaba poco y no salía de casa. “Él vivía encerrado y eran las mujeres las que salían a trabajar para mantenerlo a él”. Además utilizaba a sus víctimas como esclavas sexuales.