Las violentas manifestaciones en Puente Piedra no solo afectaron a los protestantes y a la policía, sino también a vecinos y transeúntes que no tenían nada que ver con la marcha contra el peaje Chillón. En algunas casas, las madres de familia protegían como podían a sus pequeños para que no inhalen los gases tóxicos que emanaban de los enfrentamientos.
Algunas personas se encerraron en sus viviendas y permanecieron allí por horas, sin siquiera poder asomarse por las ventanas. Los más afectados fueron los adultos mayores y los niños, quienes se vieron perjudicados por el humo de las explosiones y los perdigones. Por eso, las familias pidieron el cese inmediato del fuego.
Otras ni siquiera pudieron llegar a sus viviendas para refugiarse. Los gases lacrimógenos los alcanzaron cuando cruzaban un puente, en instantes que intentaba huir de la protesta a la altura del kilómetro 27 de la Panamericana Norte.
En otro punto de Puente Piedra, algunos transeúntes tuvieron mejor suerte. Lograron ingresar a un restaurante para ponerse a buen recaudo. Los daños colaterales por fortuna, no llegaron a mayores.
Como se recuerda, el enfrentamiento entre manifestantes y policías duró por más de seis horas. El saldo final fue 60 detenidos, entre los que se encuentran 53 hombres, cuatro mujeres y tres menores de edad. Los intervenidos fueron trasladados a la sede de Seguridad del Estado.