Luego que la inseguridad ciudadana cobrara otra víctima en el asentamiento humano Juan Pablo Segundo, en San Juan de Lurigancho, vecinos pidieron mayor seguridad en la zona.
La dueña de la bodega donde un vigilante fue asesinado de 11 balazos, aseguró que es poco frecuente ver a un patrullero policial o de Serenazgo rondando la zona.
Como se recuerda, Jesús Anaya Arroyo fue acribillado por dos sicarios cuando bebía cerveza con sus amigos.