La familia de un sacerdote y sus trabajadores se enfrentaron a golpes por la posesión de una vivienda ubicada en la cuadra 10 de la avenida Alcázar, en el Rímac. Un fuerte contingente policial llegó hasta el inmueble para hacer efectivo el desalojo de unos inquilinos que venían ocupando el primer piso sin pagar alquiler; sin embargo, este tuvo que ser suspendido por falta de garantías.
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