El fallecido, Yván Castañón Pereyra, tenía 71 años, aparentemente llevaba una vida tranquila, sin preocupaciones, era un empresario inmobiliario con una situación acomodada.
Sin deudas ni problemas sentimentales. Nada hacía prever su fatal desenlace: ayer murió luego de que su vehículo cayera por un acantilado del balneario en Santa Rosa. Hoy, alrededor de la 1 p.m., su cuerpo fue rescatado.
La hija del empresario, Marialuz Castañón, descartó algún problema de índole sentimental, depresivo o económico; dijo que se sospecha de un malestar cardiaco, pues Castañón Pereyra había sido operado hace dos años del corazón.
A pesar de la tesis del paro cardiaco de la familia, todo apunta a que podría tratarse de un suicidio. Hace unos días, Yván Castañón regresó de un viaje de Costa Rica, donde radican dos de sus hijas. Este habría llegado con una profunda depresión.
