En su quinto día de actividades en México, el papa Francisco llegó al peligroso estado de Michoacán, donde fue recibido por cientos de fieles. El pontífice condenó el crimen organizado en su encuentro con más de 50 mil jóvenes. Asimismo, exhortó a los religiosos a no quedarse de brazos cruzados ante el terror implantado por los carteles de México.
En su último día en México, el papa llegará mañana a la violenta ciudad Juárez, en Chihuahua, donde uno de sus actos más esperados será su mensaje pastoral ante los internos de una prisión.