Si es elegido presidente, Donald Trump deportará a todos los inmigrantes indocumentados del país. Así lo afirmó el domingo en una entrevista a la cadena NBC. Para ello, rescindirá las órdenes ejecutivas del actual mandatario Barack Obama.
Como se sabe, ellas impiden que los indocumentados que llegaron siendo niños (llamados “dreamers”, soñadores), así como los padres de ciudadanos estadounidenses o hijos con estatus legal, sean expulsados.
“Mantendremos a las familias unidas, pero tienen que irse”, dijo en una entrevista grabada a bordo de su avión privado, mientras se dirigía a la Feria Estatal de Iowa. “Trabajaremos con ellos. Tienen que irse (...). O tenemos un país o no tenemos un país”.
Asimismo, sostuvo la necesidad de crear “nuevos estándares” para los inmigrantes. Además, tras la entrevista hizo público su programa de reforma migratoria, donde destaca que "una nación sin fronteras, no es una nación", y defiende otra vez su polémico muro en la frontera sur con México.
“México debe pagar el muro”, asegura, y añade “los líderes de México se han aprovechado de EEUU al usar la inmigración ilegal para exportar el crimen y la pobreza de su propio país”, lo cual ha generado un coste "extraordinario para el contribuyente estadounidense”.
Además, el precandidato republicano se ha mostrado a favor de "acabar con el derecho a la ciudadanía por nacimiento" que ampara la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, para los hijos de inmigrantes ilegales.
Igualmente, ha ofrecido “triplicar” a los funcionarios migratorios (actualmente son 5,000) y endurecer las penas para los “millones de personas que vienen a EEUU con visados temporales, pero se niegan a marcharse”. Sin duda, la polémica generada por Trump está lejos de acabar. Foto: Mandel Ngan.
