24 Horas Edición Central

09/04/2015

Paciente ruso se someterá al primer trasplante de cabeza de la historia

Al tener pocas posibilidades para tratar su enfermedad, el paciente decidió someterse a la polémica intervención quirúrgica.




Valeri Spiridónov, un programador informático de 30 años de nacionalidad rusa, será la primera persona en la historia en someterse a un trasplante de cabeza a raíz de una atrofia muscular espinal que lo ha dejado postrado en una silla de ruedas.  

Spiridónov confío su salud al neurocirujano italiano Sergio Canavero y está completamente seguro de ser parte de esta intervención quirúrgica nunca antes realizada en humanos. "Tengo que hacerlo, porque no tengo muchas opciones. Mi decisión es definitiva, y no pienso cambiarla”, aseguró.

Según Canavero, autor de esta técnica quirúrgica, la clave de la operación pasa por la realización de un corte mínimamente traumático de la médula espinal practicado con un cuchillo extrafino en condiciones de hipotermia profunda para proteger las estructuras cerebrales. El proceso consiste en unir la parte de la espina dorsal en la cabeza separada con la parte de la espina dorsal que queda en el cuerpo receptor usando una sustancia química.

Anteriormente el médico italiano había manifestado que el trasplante de cabeza sería una realidad en el año 2017 y a partir de esa declaración fue que Spiridónov se contactó con él hace un par de años atrás. "Este experimento es un gran avance. Es equivalente al vuelo de Gagarin. Objetivamente, no tengo los recursos materiales para pagarlo, pero estoy dispuesto a entregarme a la ciencia", señaló el programador ruso a quien le diagnosticaron la enfermedad de Werdnig-Hoffman, un mal que afecta a las neuronas de la médula espinal y hace que la persona quede completamente inmovilizada.

Para nadie es un misterio que la operación tiene muchos riesgos ya que el cuerpo será previamente enfriado hasta unos 12 o 15 grados y se deberá cortar la médula espinal, algo bastante delicado. Además, el paciente deberá estar en coma por tres o cuatro semanas después de concluido el procedimiento.

Hay que resaltar que Canavero ya realizó este tipo de operaciones con relativo éxito en animales. Tiempo atrás injertó a un mono la cabeza de otro simio, aunque en aquella ocasión el animal sobrevivió solo nueve días a la innovadora intervención quirúrgica


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