Un hombre inició un tiroteo en su vivienda de Texas, Estados Unidos, matando a sus cuatro hijos y a dos adultos que los cuidaban. Tras una larga persecución se rindió ante la policía. Un quinto menor, una adolescente de 15 años, también hija del sospechoso, recibió varios disparos y se halla en estado crítico.
Las causas de este último capítulo de la epidemia de violencia armada en Estados Unidos no estaban claras, pero la Policía sospecha que las disputas domésticas desataron la tragedia.
Los cuatro niños eran hijos biológicos o adoptados del sospechoso. El hombre estaba separado de su mujer, que vivía fuera del estado de Texas.
El tiroteo fue el último de una serie de incidentes similares en un condado asolado por la violencia con armas. Mientras tanto, el presidente, Barack Obama, señaló a los estadounidenses que era necesario un "examen de conciencia nacional" ante la violencia con armas de fuego.