El Senado uruguayo aprobó este martes la legalización de la marihuana, lo que convierte al país en el primero en todo el mundo no sólo en permitir la comercialización y el consumo de cannabis, sino que encomienda el control de su producción y distribución al Estado.
La nueva regulación permitirá el uso de cannabis hasta con un 5% de tetrahidro cannabinol (THC), su principal constituyente psicoactivo. Según los científicos, ese es el límite que provoca consecuencias mínimas en los consumidores. La Junta Nacional de Drogas de Uruguay prevé la disponibilidad de cuatro o cinco variedades de cannabis a un precio de un dólar por gramo.
También se permitirá a los ciudadanos el cultivo de hasta seis plantas, la posesión de hasta 480 gramos de marihuana por persona y la compra en farmacias de hasta 40 gramos al mes al precio público de un dólar el gramo, siempre que estén inscritos en un registro de la administración pública.
Un ente estatal regulador estará dedicado a expedir licencias y controlar la producción y distribución de marihuana. Con ello, el gobierno de José Mujica espera contribuir a combatir el crimen organizado en el país y que la nueva ley pueda "regular un mercado que ya existe".
El presidente argumenta que el efecto del narcotráfico "es peor que el de la propia droga" y que "la vía represiva" contra las drogas ha fracasado: en Uruguay, una tercera parte de la población carcelaria está vinculada con el narcotráfico. La Cámara de Diputados había aprobado la ley el pasado 31 de julio.