Después del triunfo de Perú en Quito, el bus que trasladaba a la Selección hasta el aeropuerto de la capital norteña no arrancó y decenas de hinchas peruanos tuvieron que empujar. Testigos sospechan que el vehículo se quedó sin batería.
Antes de darse este repentino hecho, que duró sólo minutos, los agentes policiales habían formado un gran cerco que impedía el pase a los aficionados; sin embargo, tras ver la necesidad de la situación, les permitieron acercarse para ayudar a movilizar el bus.
Vale añadir, que durante todo el momento, los hinchas se mostraron dispuestos a colaborar, no ‘pifiaron’ o reclamaron en ningún momento.